Periodismo en tiempos de convergencia
Actualmente, los medios masivos de
comunicación han tenido que enfrentar grandes cambios para adaptarse al público
que exige no sólo información, sino un lugar en el que puedan participar tanto
en la creación de contenidos como dejando comentarios en publicaciones.
De acuerdo a Becerra, la convergencia
puede definirse según dos aspectos: como la capacidad de diferentes plataformas
de red de transportar tipos de servicios esencialmente similares, o la
aproximación de dispositivos de consumo tales como el teléfono, la televisión y
el ordenador personal.
Ante esto, el periodismo debe tener
nuevas formas de organización ya que provoca un impacto en las rutinas de
trabajo, la distribución de actividades , las políticas de control y el consumo
de bienes y servicios de info - comunicacionales. Esta convergencia que usa la tecnología
se basa en decisiones económicos y profesionales.
Con respecto a las nuevas formas de
organización, se han unido las redacciones de los diarios tradicionales y de
los medios on line, con el fin de adaptarse a las necesidades del público, que
ya no actúa como consumidor únicamente, sino que también tiene una
participación como productor de contenidos.
Se hace imprescindible entonces que
los periodistas cumplan diferentes funciones, además de las tradicionales, como
cronistas, redactores, editores,
diseñadores, fotógrafos, jefes, secretarios de redacción y directores
editoriales. Entre las nuevas
funciones se destacan el conocimiento en periodismo de datos, la gestión de
redes sociales, la edición de videos y productos multimedia, el conocimiento
sobre programación y las nuevas narrativas.
Esto supone un entrenamiento
específico y una formación adecuada tanto en el campo laboral como en las
universidades, que deben proveer este tipo de preparación. Muchas veces, los
mismos periodistas son los que tienen que afrontar los costos de dicha
formación. Es decir, desde los medios se les exige tener estas nuevas
habilidades pero no ofrecen las posibilidades necesarias para adquirir esos
recursos humanos y tecnológicos.
Rost destaca que es imprescindible
que haya una especialización, tanto por plataformas como por temáticas. Es
necesario un trabajo interdisciplinario, aunque el autor señala que esto sucede
desde hace varios años, ya en los medios tradicionales se utilizaba esta
metodología de trabajo. Pero ante las nuevas tecnologías y los desafíos que
estas suponen, el trabajo colaborativo entre los especialistas permite un mejor
aprovechamiento de los recursos. La coordinación entre los diferentes equipos
de las redacciones afrontan distintos horarios, agendas temáticas y
experimentación.
La rapidez que implica la cobertura
de un hecho a través de los medios on line acelera el ritmo de trabajo y
entonces hay menos “cuidado” a la hora de publicar esa nota. La información es
actualizada constantemente. Ya no interesa tanto el contenido en sí, sino las
reacciones que genera, y esto provoca un impacto en las temáticas abordadas. En
relación a esto, las redes sociales tienen una injerencia importante en el
ritmo de difusión de las noticias, y al mismo tiempo, cumplen una función
esencial con respecto a la participación de los ciudadanos.
La audiencia de los medios
tradicionales difiere del de la web dado que poseen diferentes intereses. En
Internet hay una presencia de un público más joven que busca que el contenido
sea interesante, antes que importante. Los temas por lo tanto tienen una
jerarquización distinta, los editores de los distintos soportes usan otros
criterios.
Igarza señala, por otro lado, que los
medios tradicionales siguen siendo los que imponen la agenda pública, a pesar
del achicamiento y de las crisis que afrontan las redacciones, así como la
disminución en la venta.
A su vez, según Igarza, hay nuevos
roles entre los periodistas ya que se unen a estos los neo-periodistas. Estos
crean contenidos en la web, comentan otras publicaciones y envían a los medios
sus notas. Esto se conoce también como periodismo participativo y es un aporte
a la democracia dado que se complementan. De hecho, los medios digitales o portales
agregan en su página web una sección para que los ciudadanos publiquen
contenidos. Dentro de este periodismo participativo hay distintos tipos, el
superficial en el que hacen comentarios en los contenidos publicados y el alto
son los ciudadanos que producen contenidos.
En síntesis, el periodismo actual no
puede obviar el uso de las redes sociales ni conocer herramientas necesarias
para la edición multimedial, moderar los comentarios de los usuarios,
seleccionar y “curar” la información. Además, no puede dejarse de lado la
necesidad de los programadores, quienes son capaces de introducir cambios e
innovaciones en las redacciones.
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